Un detalle con estilo

Como bien dice el dicho "Es de bien nacido ser agradecido" suele ser de recibo tener un detalle con quien crees que se ha portado bien contigo, o simplemente por el "qué dirán....", o por recompensar al ser humano que te hace la declaración de la renta todos los años sin cobrar, o por el amigo que te ayudó a pasar la ITV teniendo el retrovisor derecho roto y el tubo de escape doblado, o con el conocido del amigo de la Seguridad Social que te coló en la lista de espera para la operación de las varices, o con el primo del vecino que te sacó el Renault Laguna con el veinte por ciento de descuento, o con el cuñado del colega del mecánico cuando trabajaba en Seguridad Vial y te quitó la multa por superar con creces el estado mínimo permitido de embriaguez, e infinidad de casos más.

Pero cuando de pronto recibes un detalle de quien lo hace de corazón es recibido como si del mejor jamón de bellota se tratase y, sobre todo, con el mismo cariño e ilusión que subyace en el propósito del hecho en sí. Y este es el caso de dos alumnos -Esperanza Rivera y Luis Miguel Pérez- que acaban de terminar la carrera y me sorprendieron ayer gratísimamente en el conservatorio con un regalito, bastante más de lo que incluso ellos pueden imaginar.

Aquí les dejo con el detalle. A ver si adivinan cuál es, y como pista, no es el casco ni la moto...