El consumo de "fabes", que se remonta en Asturias desde el siglo XVI, ha dado lugar a uno de los platos regionales más típicos de la historia universal y su difusión es tan grande que ha pasado a formar parte de la gastronomía española más reconocida por méritos propios. Considerándose un plato típicamente invernal y de importante volumen calórico capaz de hartar al más insaciable de los comensales, es sabido por todo el mundo, sus irremediables efectos secundarios de orden “desaerofágico” tan desagradables como inoportunos. Pues bien, para aliviar en cierto modo la situación de flatulencia y distensión abdominal tras la ingesta de tan exquisito manjar asturiano, invito a escuchar la siguiente versión bajo la batuta de uno de los más grandes directores de todos los tiempos, Leonard Bernstein, delimitando el punto culminante en el minuto 1' 09'', que marcará sin duda un antes un después en el devenir del desarrollo cultural gastronómico-musical.
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se ha quedado a gusto el Leonard , no ? o eso parece , en el minuto que mencionas , con esa cara de gustoooooooo!!! ke peligro !!!
ResponderEliminarComo mola que pongas a Calvin en tus entradas ;-)
¡Pobre Leonard, qué esfuerzos por contenerse! Pero al final, como el hijo de dios, se hizo hombre y se pedorreó. Jajaja.
ResponderEliminarEres muy divertido.
Besazos.
Pobre Lenny...
ResponderEliminarBesos,
Diego
buenísssimo...yo la fabada mejor mucha...eso de non troppo ni hablar.
ResponderEliminarsaludos
Me gusta la fabada y me gusta la musica de Asturias, me gusta también tan buen golpe de efecto, buenisimo, saluditos
ResponderEliminarEres genial... siempre me arrancas una sonrisa.
ResponderEliminarMe ha encantado ....unir la musica con la fabada es genial.
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