¿Copa o vaso? (11)

El Nocturno es una forma musical que ha sido cultivada por numerosos compositores a lo largo del tiempo. Entre los más destacados, Frederic Chopin compuso veintiuno para piano, algunos de los cuales son referencia fundamental hoy en día por su belleza y lirismo poético.

Pero cuando una obra de tales características cae en manos de un gran maestro, las consecuencias para el oyente pueden alcanzar tan altas cotas como la de Santa Teresa de Jesús el día de su éxtasis. La versión del Nocturno Op. 9, nº 2 por Yundi Li, galardonado con el premio Chopin de Varsovia en el año 2000 por destacar alguno de sus innumerables éxitos, no le llega a la altura del talón a cualquiera de las interpretaciones de Arthur Rubinstein, pero como no he encontrado ningún documento audiovisual del gran maestro polaco les presento una versión del primero, en directo, excelente y terrenal.

Aunque cuando te empeñas en servir un don Simón en un decantador de Bohemia para acompañar un solomillo al Foie de primera calidad las consecuencias pueden llegar a ser impredecibles. El siguiente “osado” intérprete se empeña en ejecutar la pieza -nunca mejor dicho- de memoria en su totalidad, cuando en el segundo 46 ‘’ con una risa delatadora en el momento culminante, decide acortar la versión por el bien del oyente y de algún familiar cercano que pasaba por allí. Con las notas falsas podría perfectamente Carl Czerny escribir 30 estudios para piano y Marujita Díaz falsificar su expediente académico para poder comenzar el Bachillerato Artístico.

Y en la siguiente versión, el pianista decide despojar literalmente al piano de todos sus atuendos sacándole lo mejor de sí en una ejecución memorable. El arreglo del Nocturno es de Luis Aragonés.

¡¡¡¡¡¡A por eeeeeeelloooooooos, oooeeeeeeeeeeee!!!!!!!!