Wilhelm Furtwängler

Furtwängler habla sobre música. La siguiente traducción corresponde a una conferencia pronunciada por él en la que podemos apreciar y valorar algunas de sus concepciones musicales y humanistas.
"Lo esencial es la obra ante mí. Me concentro en el trabajo que tengo entre manos y, cuando hago lo que la obra dice, el auditorio me sigue. No puedo dirigir totalmente como el público quiere que lo haga, porque existen diferentes clases de personas y unas son más receptivas y sensibles que otras. Por ejemplo, los públicos ingleses y americanos no están acostumbrados en absoluto a ver la obra sinfónica como un todo completo, sino que piensan que una sinfonía consiste en temas. Una sinfonía presupone una idea preconcebida que solamente puede ser realizada y llevada a cabo como un trabajo unitario y a gran escala. La obra sinfónica tiene dos, tres o cuatro temas diferentes que derivan su existencia de estar y crecer y desarrollarse juntos, ayudándose unos a otros convirtiéndose en una entidad, al igual que los caracteres del drama shakesperiano, que tienen un destino común. Cuando llega la así llamada recapitulación, debe ser diferente y estar a un distinto nivel de exposición de lo que ha sido el principio, porque se ha desarrollado de ese modo y hasta ese punto. La impresión que se produce, es debida al efecto de conjunto que no surge de un tema determinado, sino de la polaridad entre ellos.
No se debe pensar que la música emocional fue una invención del siglo XIX. Sabemos que en el período barroco el contenido emocional de la música era en parte teórico, pero mucho más profundamente marcado y de mayor significación que en siglo XIX, a pesar de que en aquél los factores emocionales habían sido musicalmente integrados. En mi opinión, la música ha sido siempre lo mismo. Una expresión viva de la humanidad, y ha habido siempre un ser humano, vivo, tras de ella, ahora y en los días pasados. El ser humanos siempre ha sido el mismo, dos ojos y dos oídos, tanto hoy como ayer."