La palmera y el gato
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El Levante U.D. jugaba en el campo de Vallejo y sus seguidores llevaban
años soñando con el ascenso a primera división, en la que estaba
cómodamente inst...
Hace 5 horas
Un blog sin ánimo de lucro
Muy agudo, jeje. Un abrazo!
ResponderEliminarjajajajajajaja.
ResponderEliminar¡¡¡ Qué pena, pero que realidad.!!!
Besos corazón.
Oye, que me quedé muerta hace poco cuando un amigo, de los llamados "médicos de cabecera" de toda la vida, me habló del "síndrome de la abuela quemada".
ResponderEliminarMujeres de mediana edad en adelante que presentan cuadros de estres impropios debido al exceso de obligaciones.
¿Qué estamos haciendo? ¿Somos tan egoistas que tenemos los hijos porque toca para que los cuiden nuestros padres?..
Algo falla.
La mayor diferencia es que el caguro está tan agustito y relajado, mientras que el abuelo acabará con las lumbares hechas cisco de empujar a su nieto. Me parece muy bien que se recurra a los abuelos en casos puntuales, pero no que se "coloque" a los hijos con ellos un día sí y otro también. Que cada cual se las apañe como pueda y si no pueden, pues que se hagan un nudito o se pongan un tapón donde corresponde. Digo yo.
ResponderEliminarBesitos.
Buenisimo, jajaja.
ResponderEliminarSaludos.
jejje , pero qué jeta tiene la gente ( yo no es que no tenga jeta , es que tengo a los canguros muy lejos )
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