16 de septiembre de 2009

¿Copa o vaso? (13)



Para retomar la sección “copa o vaso” después del paréntesis veraniego, he escogido este fragmento de Haendel para dedicárselo a Esperanza Aguirre y lo utilice como modelo en pro de su defensa por la concesión a los profesores de “autoridad pública”. Estoy seguro de que si tanto el defensor del pueblo como los sindicatos toman consciencia de lo que significa ser profesor de violín a jornada completa -independientemente de las vacaciones de que disponga el docente- deberían adjudicarle a éste, por lo menos, un par de psiquiatras especializados y con dedicación exclusiva además de la consiguiente concesión de autoridad, pero no para defenderse mental y psíquicamente, sino para poder hacer uso literal de la violencia mediante un ataque directo a la yugular del ejecutante, sin concesiones.

El primer ejemplo es lo más parecido a la realidad que he encontrado, y si bien es cierto que es necesario hacer uso de la reverberación acústica para soportar la música, es porque su calidad en este caso tampoco da para mucho más.




Pero el siguiente ejemplo delata lo que quería explicar al principio. Un niño, inocente e impertérrito ante la cámara, pone en peligro, no solamente la autoridad del maestro -que aún no le ha sido concedida- sino la mismísima integridad su correcto comportamiento neuronal!!!




Aunque cuando es simplemente un niño el causante de dicho estropicio, es todo más justificable. Pero cuando quien debiera estar pensando en pasar sus vacaciones en Benidorm o en poner al día sus documentos de testamentaría coge un instrumento, habría de tener más precaución y pensárselo dos veces antes de colgarlo en la red a modo de ejemplo. En el siguiente video se puede ver claramente como el santo que posa tras del ejecutante se está mordiendo literalmente las uñas. No es para menos…

5 comentarios:

  1. El pobre niño lo dice en la mirada y en la expresión mientras toca: odio el violín, odio a mi profe, odio a Haendel... y sobre todo, te odio a ti, papá...

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  2. seguro ke el último no es el ke le da clases al pobre niño ? porke tocan igual , vaya cara de agobio el peke , pa partirse !!!!

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  3. Lo de la primera... Mal pero soportable. Lo del niño, fatal pero comprensible. Lo del viejete... imperdonable y alucinante que se haya atrevido a colgarlo en youtube.
    Todos deberían ir a la cárcel!
    Besotes, profe.

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  4. El niño del segundo vídeo se aburre. Y mucho. Tiene cara de estar diciendo: "Venga papá. Deja de grabar que me quiero ir a jugar con la pleiteision".
    Al ser del tercer vídeo le deberían poner una multa gorda por maltrato animal. 1:53 minutos pisándole el rabo al gato es una auténtica canallada.

    Un saludo.

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